Cianuro, el Papa y Barrick




Argentina, el Papa y la denuncia contra la 

minera: “Hay que tener fe”


Francisco sigue de cerca la querella contra la multinacional
Barrick Gold, acusada de provocar derrames contaminantes al 
oeste del país. El intento por recusar al juez Casanello y la 
crítica abierta a una cita de la encíclica papal “Laudato Si”
LAPRESSE
Glaciares argentinos

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Pubblicato il 22/11/2017
Ultima modifica il 22/11/2017 alle ore 12:17
CIUDAD DEL VATICANO
“Laudato Si” es más que una encíclica sobre el cuidado de la casa común. Al menos en Argentina, donde se convirtió en un documento de referencia. No sólo guía debates académicos y científicos, también inspira a jueces en el delicado arte de dictar sentencias. Pero no todos están conformes. Los abogados de la minera Barrick Gold recusaron al juez Sebastián Casanello y lo criticaron por citar al Papa. Pretenden apartarlo de una causa por derrames contaminantes al oeste del país. Francisco conoce personalmente el caso. Hace unos días recibió a uno de los abogados denunciantes, lo animó y le pidió “tener fe”.  
El caso resulta emblemático. El juez federal investiga una denuncia por el vertido de más de mil metros cúbicos de solución cianurada en la mina de oro a cielo abierto Veladero situada en la provincia de San Juan. Un incidente que ocurrió en septiembre de 2015, en el complejo administrado por la multinacional de origen canadiense. 

Aquel cianuro alcanzó uno de los canales de desvío de aguas y provocó la contaminación de varios ríos. Mientras Barrick Gold sostiene que el derrame no supuso un riesgo para la población, los habitantes de la zona, alarmados, constituyeron la Asamblea Jáchal No Se Toca, una organización civil cuyo principal objetivo es defender el derecho al agua sin contaminación en el pueblo que lleva ese nombre y que apenas cuenta con 10 mil habitantes. 

A finales de octubre pasado, los representantes de Barrick Exploraciones Argentinas y Minera Argentina Gold pidieron la recusación del juez Casanello por considerar que incurrió en “prejuzgamiento inadmisible” y por tener, supuestamente, una “marcada animosidad” contra las compañías mencionadas. En un largo documento, los letrados Germán González Campaña y León Carlos Arslanian, amenazaron con solicitar la nulidad de los actos del magistrado.  

Entre sus argumentaciones, mencionaron una resolución con la cual el juez solicitó la entrega de una prueba esencial y criticaron que su petición finalizase “con una llamativa cita, en negritas, de la encíclica papal Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común documento que –más allá de su innegable valor moral para quienes profesan el culto católico- no constituye en rigor una fuente del derecho”.  

En resumen, los abogados no digirieron que el magistrado hiciese referencia explícita a un documento pontificio en un texto procesal. Sostuvieron que aquella cita nada tenía que ver con el tema. Pero la mención tenía un porqué. No era sólo un elemento decorativo. Así lo explicó la respuesta de Casanello, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal número 7.  

“Para sembrar dudas sobre mi imparcialidad, el recusante objeta el que haya citado la encíclica papal Laudato Si. La protesta es incomprensible. Aludí a ese mensaje, en la resolución del 22 de marzo de 2016, con la intención de poner de relieve que en todos los ámbitos y contextos, a nivel nacional y mundial, el acceso al agua potable es reconocido como un derecho humano básico; por lo demás, varias fueron las citas jurisprudenciales allí volcadas en igual sentido. El Papa expresamente dijo en la encíclica aludida que los glaciares eran importantes ‘para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad’. Insisto en esa idea”, se defendió el juez. 

Aunque el propio Casanello rechazó su recusación, elevó el incidente a la Cámara de Apelaciones de Buenos Aires. Ahora tocará a ese tribunal decidir. Pero el intento por apartar al juez no fue la única estrategia de los abogados de la minera, meses atrás ya habían pedido la nulidad completa del caso, solicitud rechazada tanto por Casanello como por la Cámara. 

Uno de los querellantes contra Barrick Gold, por cuenta de la asamblea Jáchal, es Enrique Viale. Presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, por esas cosas de la vida saludó al Papa hace unos días en su residencia, la Casa Santa Marta del Vaticano. Ocurrió el lunes 13 de noviembre. Él iba acompañando a Fernando “Pino” Solanas, el senador y director de cine con quien colabora.  


En un momento de la conversación, Viale recordó la causa contra la minera y Francisco reaccionó positivamente. Pensaba explicarle detalles de los tres derrames ocurridos en las minas, pero el pontífice se adelantó y lo previno. “Si, si, conozco bien el caso”, le dijo. Igual lo escuchó con atención. El letrado hizo habló abiertamente del apoyo brindado al reclamo por Jorge Lozano, nombrado hace pocos meses como arzobispo de San Juan por el propio Papa. Antes de su llegada, la Iglesia se había mantenido al margen, pero con el nuevo pastor las cosas cambiaron. 

Lozano cuenta con antecedentes. Como obispo de Gualeguaychú acompañó la exigencia del pueblo de Entre Ríos en su disputa con Uruguay, por la instalación en el río limítrofe de una pastera. A su tiempo, Bergoglio brindó apoyo y animó explícitamente “a tener fe”, en una batalla legal que el abogado compara con la pelea bíblica entre David y Goliat. 

Como escribió Casanello en su resolución, Jorge Mario Bergoglio advierte el peligro que corren los glaciares como fuentes seguras de agua limpia. El asunto no es menor, en Argentina. El país cuenta con cinco mil 700 kilómetros cuadrados de glaciares descubiertos y cubiertos. Un patrimonio difícil de proteger y que constituye una irresistible tentación para las empresas mineras que buscan, por todos los medios posibles, explotar esas zonas vírgenes. 

Por eso resulta sugestivo que, en este contexto de disputa legal, el gobierno del presidente Mauricio Macri haya decidido avanzar en un proyecto de reforma a la ley de protección de glaciares, que está vigente desde 2010. Una iniciativa polémica, que buscaría conciliar el cuidado ambiental y el desarrollo industrial en la Cordillera de los Andes, en zonas hasta ahora vedadas a la explotación.  

El proyecto puso en alerta a organizaciones sociales y ambientalistas, como la Asamblea Jáchal No Se Toca, que ya se manifestó en contra. De ahí la importancia del proceso conducido por Casanello, conocido como “el juez de las causas calientes” por sus investigaciones en materia política y de corrupción. En junio de 2016, él sostuvo un diálogo íntimo con el Papa en Santa Marta, como reveló entonces en exclusiva el Vatican Insider.  

Ya en ese entonces el pontífice se había quedado con “muy buena impresión” del magistrado y le reconocía su “buen corazón”, “una actitud recta y transparente”, así como una conducta “de buen cristiano en la práctica”. Una opinión que no cambió después de su accionar en el caso Barrick. Al contrario. Justo en estos días, a quien le sacó el tema del juez, Francisco le replicó: “Casanello es una excelente persona, un gran tipo…”.  

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